Cada año, millones de personas de todo el mundo sufren o mueren por causas relacionadas con el trabajo. En 2025, este problema sigue afectando tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo.
Según los datos más recientes de organismos mundiales de seguridad como la OIT, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos y el HSE del Reino Unido, las muertes en el lugar de trabajo siguen siendo motivo de gran preocupación. Aunque en algunas regiones se observan mejoras, el impacto global sigue siendo masivo.
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Lee aquí nuestro artículo sobre la mortalidad laboral en 2024.
El Health and Safety Executive (HSE)(4) publicó las últimas estadísticas de lesiones mortales en Gran Bretaña:
El mesotelioma, un cáncer mortal causado por la exposición al amianto, mató a 2.218 personas en el Reino Unido en 2023. Esta cifra sigue disminuyendo a medida que los casos más antiguos se reducen con el tiempo.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (3):
Según estimaciones recientes de Eurostat (4):
Los sectores de alto riesgo en la UE son la construcción, el transporte y la industria manufacturera. Las pequeñas empresas (PYME) también afrontan más retos debido a sus limitados presupuestos de seguridad.

Los accidentes laborales no ocurren al azar. Son más frecuentes en determinados sectores, regiones y tipos de empresa.
La construcción, la industria manufacturera, la agricultura y la gestión de residuos siguen registrando el mayor número de lesiones mortales y no mortales en el lugar de trabajo. Estos empleos implican tareas físicas que conllevan mayores riesgos diarios, como trabajar en altura, con maquinaria pesada o en entornos impredecibles.
Las pequeñas y medianas empresas (PYME) carecen a menudo de recursos para formación en seguridad, equipos adecuados o personal de seguridad a tiempo completo. Esto expone a sus trabajadores a mayores riesgos. Las PYME constituyen una gran parte de la mano de obra de la UE, por lo que es vital un apoyo específico a estas empresas.
No todas las regiones se enfrentan al mismo nivel de riesgo. Los países de Europa Oriental siguen registrando tasas de mortalidad más elevadas, mientras que en Europa Occidental las cifras son generalmente más bajas gracias a una aplicación más estricta de la normativa, más recursos y una cultura de la seguridad generalizada.
Los resultados recientes también apuntan a un cambio importante. La seguridad no es sólo cuestión de equipos o procedimientos. Factores humanos como el estrés, la fatiga, las prisas y la complacencia contribuyen a la mayoría de las lesiones, incluso cuando se conocen los peligros.
La UE sigue trabajando para mejorar la seguridad laboral mediante una mejor legislación, iniciativas de formación y programas de financiación. Pero las estadísticas muestran que aún nos queda trabajo por hacer.
La mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo se producen fuera de Europa y Norteamérica. Según la OIT (1), sólo en la región de Asia-Pacífico se produce casi el 63% de todas las muertes laborales del mundo. Esto se debe en parte a su gran población activa, al rápido crecimiento industrial y a las lagunas en la aplicación de las normas de seguridad.
En la India, el rápido desarrollo urbano y los mercados laborales informales hacen que la seguridad sea más difícil de gestionar. Muchos trabajadores de la construcción, la minería y la pequeña industria se enfrentan a riesgos diarios sin apenas formación ni equipos de protección.
En América Latina, países como Brasil y México están avanzando en sus estrategias nacionales de seguridad, pero el trabajo informal y la falta de denuncias siguen siendo problemas graves. Las campañas regionales y las reformas laborales han ayudado, pero los índices de mortalidad siguen siendo elevados en sectores como la agricultura, el transporte y la extracción de petróleo.
Estas regiones ponen de manifiesto la brecha mundial en materia de seguridad. Aunque algunas zonas están mejorando, millones de trabajadores siguen expuestos cada día a riesgos evitables.
Detrás de cada número hay una persona real. Alguien que tenía planes, gente que le quería y una vida que le importaba. Cuando hablamos de 3 millones de muertos o millones de heridos, es fácil perderlo de vista. Pero cada caso representa una angustia. Una vida perdida. Una familia que cambia para siempre. Una comunidad con preguntas y dolor.
La seguridad en el trabajo no consiste sólo en cumplir las normas. Se trata de prestar atención. Se trata de asegurarse de que la gente se va a casa al final del día. Se trata de honrar vidas previniendo la próxima tragedia antes de que ocurra.
Cada lesión que no se produce es una historia que sigue adelante. Un futuro que permanece intacto. Un ser querido que vuelve a casa.

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